Reportaje. 11 de marzo de 2021

Con una dotación récord de 95.500 millones, Horizonte Europa quiere alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible haciendo llegar la investigación y la innovación a todas las empresas. 

 

A cualquier emprendedor preocupado por el día a día de su negocio las políticas europeas de investigación e innovación (I+I) y sus mareantes partidas económicas le pueden sonar muy ajenas. Que la UE lance un nuevo programa marco (llamado Horizonte Europa) y que éste cuente con una dotación récord de 95.500 millones de euros puede dejarle indiferente, convencido de se trata de fondos únicamente accesibles a grandes corporaciones o centros de investigación inmersos en sofisticados desarrollos. Y no es así. De hecho, la pretensión de la Unión Europea al lanzar este tipo de iniciativas es justo la contraria; lograr la mayor capilaridad posible para la investigación e innovación y facilitar que el conocimiento que surja de ellas se transforme en emprendimiento y competitividad. Dicho de otra manera, hacer a todas sus compañías, grandes o pequeñas, protagonistas de su I+I y, por tanto, partícipes del futuro bienestar europeo.

Así que a la hora de desentrañar el impresionante calado del recién estrenado programa marco Horizonte Europa y qué oportunidades ofrece a las empresas vascas hay que comenzar manejando un poco de teoría. La justa para situarnos.

¿Para qué están pensados los programas marco?

Desde 1983, Europa articula sus políticas de I+I a través de los llamados programas marco. En ellos, determina qué sectores, tecnologías, desarrollos o servicios son los que mejor se alinean con los objetivos sociales y económicos de la UE para un período de tiempo determinado. Es decir, que antes de decidir qué investigaciones e innovaciones se van a apoyar y con qué cantidades o instrumentos concretos se las va a ayudar se analiza cuáles van a contribuir en mayor medida en la consecución de unos objetivos estratégicos previamente determinados.

El que ahora estrenamos será el noveno programa marco y estará en vigor hasta 2027. ¿Y qué objetivos estratégicos deben ayudar a lograr las investigaciones e innovaciones que se fomenten con él y cómo justifican estas metas que éste sea el más ambicioso de los programas puestos en marcha hasta ahora?

Que el programa marco Horizonte Europa tenga una dotación económica un 30% por encima de la de su predecesor, Horizonte 2020, y se conciba como la mayor inversión en I+I no sólo a nivel europeo sino también mundial, se explica por lo crucial del momento que vivimos. No sólo por lo más apremiante (la necesidad superar las consecuencias de la pandemia reactivando la economía y diseñando los instrumentos que nos permitan ser más resilientes en crisis similares), sino también por el posicionamiento que hay que tomar ya frente a otros desafíos, como los recogidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 de la ONU; por el ‘ahora o nunca’ con el que hay que encarar la revolución digital y la competencia tecnológica de otras potencias, la crisis climática y la descarbonización de la economía, la escasez de recursos naturales y la dependencia energética, los cambios demográficos y la inclusión social, el riesgo a sufrir nuevas pandemias y sus efectos en la salud pública …

De modo que, para el período 2021-2027 que comprende el nuevo programa marco Europa se ha propuesto ser más resiliente, más sostenible, más saludable, más competitiva, más igualitaria, más inclusiva y más líder en I+I. ¿Y quién puede sentirse ajeno a ese anhelo?

¿Y para quién está pensado este programa marco?

Cualquier empresa sabe que no hay futuro sin competitividad y que ésta hoy está muy vinculada a la sostenibilidad y la digitalización. No es que sólo con eso ya podríamos decir que todos sus proyectos tengan cabida en alguna de las convocatorias temáticas del programa marco (porque, por supuesto, se valoran más factores y además hay muchos competidores), pero es un primer punto de encuentro; una razón para mostrar interés por conocer la gran diversidad de iniciativas que Horizonte Europa puede ayudar a sacar adelante. Otro tanto ocurre con universidades, centros tecnológicos, asociaciones sin ánimo de lucro… Donde quiera que surja una iniciativa alineada con alguno de los objetivos citados existe la posibilidad de que nunca hay que obviar lograr una ayuda europea. En ocasiones, éstas incluso se conceden a fondo perdido cubriendo íntegramente el presupuesto del proyecto 0, si se trata de un modelo de negocio basado en una tecnología disruptiva, pueden propiciar la entrada de capital en la pyme.  

De modo que hay que ver Horizonte Europa como una oportunidad que hay que valorar. Primero, porque hay que entender qué es innovar y asumir que es un proceso imprescindible para cualquier empresa, por modesta que pueda parecerle su actividad. Pensemos que su primer objetivo es ser rentable y que cualquier iniciativa que se ponga en marcha para mantener o incrementar esa rentabilidad ya es una innovación.

Segundo, porque hay proyectos que uno puede idear en solitario pero que nunca pondrá en marcha sin la colaboración de una serie de socios estratégicos. Necesitará financiación, pero también investigadores (ya sean de universidades o de centros tecnológicos) o proveedores que quizá no estén en su entorno pero sí en el mercado europeo y, precisamente, uno de los objetivos de los programas marco es fomentar la cooperación, especialmente transnacional.

Tercero, porque hay quien puede ayudarnos a tramitar estas subvenciones o facilitarnos la búsqueda de los socios más adecuados para sacar adelante un proyecto. Para eso está, por ejemplo, la Agencia Vasca de la Innovación-Innobasque, que no sólo mantiene informados a sus socios de todas las convocatorias de ayudas abiertas; también ofrece formación, asesoría, acompañamiento, ayuda en la búsqueda de socios internacionales…    

¿Cómo se estructura el programa marco Horizonte Europa?

En lo concreto, con este programa marco la UE pone sobre la mesa objetivos tan definidos como ayudar a tres millones de personas a superar el cáncer o conseguir que un centenar de ciudades alcance la neutralidad climática. Estas metas específicas son la punta del iceberg de un entramado de objetivos estratégicos clave, programas o instrumentos específicos que deberá fortalecer el Espacio Europeo de Investigación y que se estructura en tres pilares.

El primero de estos pilares es la búsqueda de la excelencia científica y el posicionamiento de Europa como líder mundial en ciencia. Para ello contará con organismos e instrumentos, como el Consejo Europeo de Investigación, que apoya con becas a investigadores top de cualquier parte del mundo; las acciones Marie Skłodowska-Curie, que permiten la movilidad de investigadores a nivel internacional; o la creación y mejor uso de infraestructuras de investigación clave para la Unión Europea.

El segundo se basa en la aplicación de la investigación y la innovación para hacer frente a los desafíos mundiales planteados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU así como para reforzar las capacidades tecnológicas e industriales de las empresas europeas. Está integrado por seis clústeres específicos que abordan los desafíos globales en las áreas de salud; cultura, creatividad y sociedad inclusiva; seguridad civil para la sociedad; mundo digital, industria y espacio; clima, energía y movilidad; y, por último, alimentación, bioeconomía, recursos naturales, agricultura y medio ambiente.

El tercero de los pilares es la consolidación de una Europa innovadora gracias al Consejo Europeo de Innovación, con el que se pretende que la UE se posicione a la cabeza de la innovación creadora de mercados; a la creación de ecosistemas de innovación y, finalmente, a la labor del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (IET), que fomentará la integración de empresas, investigación, educación superior y emprendimiento.

Fuente: Comisión Europea

De esta estructura principal ‘cuelgan’ otras iniciativas fomentadas desde la UE para una mejor coordinación de las políticas y programas de financiación de países y regiones, como por ejemplo las iniciativas ERA-NET en las que Euskadi ha sido especialmente activo durante la última década. Las convocatorias ERA-NET se centran en áreas de desarrollo concretas (como por ejemplo los materiales o la fabricación avanzada) y que, en el caso de Euskadi, se gestionan a través del programa Hazitek.

Como decíamos al principio, este entramado puede parecer complejo y alejado de sus preocupaciones diarias a muchos pequeños empresarios, pero es importante conocer qué organismos serán los que distribuyan las partidas económicas y cuáles serán sus prioridades en cada momento a lo largo de los siete años de vigencia del programa marco. De todo ello iremos hablando semanalmente en este boletín, que esperamos os ayude a entender qué hay tras las políticas de investigación e innovación y, sobre todo, que os anime a ver los programas europeos de I+i como una oportunidad para crecer que merece la pena explorar.

 

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