La celebración el pasado mes de abril en Bilbao del congreso WindEurope evidenció el papel de la energía eólica marina para la transición energética a nivel nacional, europeo y global

El congreso WindEurope evidenció el papel de la energía eólica marina para la transición energética a nivel nacional, europeo y global, y la clara oportunidad que supone desde el punto de vista empresarial e industrial, tecnológico, económico y social para Europa, España y Euskadi.

La eólica marina puede generar electricidad de manera estable y predecible (el recurso eólico existente en el mar es superior en términos de velocidad media, densidad energética y regularidad que en tierra firme) y presenta una elevada complementariedad con otras tecnologías renovables, contribuyendo a la seguridad de suministro y aportando valor añadido a las necesidades del sistema energético.

La oportunidad pasa por consolidar la tecnología y la cadena de valor de la eólica marina y desarrollar la marina flotante, a la que se ve un gran recorrido hasta 2040.

En noviembre de 2020, la Comisión Europea adoptó la “Estrategia UE sobre las Energías Renovables Marinas” que estableció el objetivo de aumentar la capacidad de producción de energía eólica marina en la Unión Europea desde su nivel actual de 12 GW a, como mínimo, 60 GW para 2030 y 300 GW para 2050. La Asociación Europea de Energía Eólica, WindEurope, estima que la inversión en el sector eólico marino alcanzará los 16.500 millones de euros en 2030 a nivel europeo, mientras que la Estrategia europea de energías marinas reconoce que para cumplir los objetivos y maximizar los beneficios para la economía europea, la cadena de valor de las energías renovables marinas debe ser capaz de incrementar sus capacidades de producción y alcanzar ritmos más elevados de instalación.

Por su parte, en España, el Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia de España identifica la palanca de despliegue de la eólica marina dentro de su componente 7 “Marco para la innovación y desarrollo tecnológico de las energías renovables”. Así mismo, la Hoja de Ruta Eólica Marina y Energía del Mar busca convertir España en el lugar de referencia europeo para el desarrollo de la I+D+i, y en el referente internacional y europeo en capacidades industriales de estas energías, generando cadena de valor en todo el ciclo de vida. Se estima que los 3GW de eólica marina previstos en el escenario más optimista para 2030 generarán alrededor de 8000 puestos de trabajo permanentes, y que llegarán a 18000 en 2050 con 17GW instalados. Esto tendría un impacto de más de 9000 millones de euros en el PIB anual de España en el periodo 2025-2050.

El sector abre numerosas oportunidades de diversificación de negocio, en parte sustentadas en las fortalezas existentes para la energía eólica terrestre y en las capacidades tecnológicas e industriales en sectores con los que tiene sinergias

como la industria de construcción naval (astilleros), las industrias auxiliares, los sistemas eléctricos, sector marítimo-portuario, el de ingeniería civil o el de generación de hidrógeno renovable. El sector industrial español es capaz de aportar toda la cadena de valor asociada al diseño, desarrollo, construcción y explotación de un parque eólico terrestre.

De la misma manera, se ha identificado la cadena de valor del sector naval y la energía eólica, que parte con la fortaleza de ser el primer país de la Unión Europea y quinto del mundo con mayor volumen de contratación de grandes buques para el segmento offshore, así como líder mundial en el sub-segmento de los buques de apoyo a los campos eólicos marinos.

Fuente: PERTE para la industria naval (Gobierno de España)

En este sentido, el sector eólico del País Vasco es un proveedor global de eólica marina, aprovechando su experiencia en la eólica terrestre y la tradición en la industria naval y las actividades marinas. Las cifras globales de actividad de las empresas vascas en eólica terrestre demuestran la competitividad y el nivel de desarrollo alcanzado tanto a nivel industrial como tecnológico. Por su parte, la experiencia que las empresas del sector naval tienen en sectores como el O&G hace que sean actores necesarios para el desarrollo del sector eólico offshore, pudiendo dar soluciones tanto en el proceso de diseño como de construcción del parque y sus equipos, así como durante la operación y mantenimiento del mismo y su posterior desmantelamiento. De hecho, organizaciones vascas se han asociado en las iniciativas Offshore Wind Energy Basque Country y Floating Wind Basque Country, dentro el Clúster de Energía de Euskadi, con el objetivo de aunar fuerzas, desarrollar el sector, y ganar posiciones en los mercados internacionales. Estos mercados dibujan un futuro prometedor, con una cartera de proyecto para los próximos 5 años 2020 2024 que se espera que doble la capacidad mundial principalmente en Europa y China. En los próximos años se prevé un aumento anual de 26 GW hasta 2030 con un papel clave de U S y nuevos países asiáticos.

Mientras el corto plazo se centra en instalaciones fijas, la eólica flotante será un nuevo mercado relevante con 6 GW adicionales hasta 2030 en países como US, Japón o España.

Sin embargo, los niveles actuales de LCOE (coste normalizado de la energía) para eólica flotante aún no son competitivos frente a otras tecnologías de generación, por lo que será necesario incrementar las inversiones privadas y públicas y abordar una perspectiva política a largo plazo.

Algunas alianzas empresariales están poniendo el foco en la construcción de plataformas flotantes para la colocación de aerogeneradores, una tecnología en desarrollo, pero a la que se le concede grandes expectativas. Es una solución ideal para la explotación de la energía eólica en toda la zona norte de España, donde la superficie marina alcanza gran profundidad a pocos metros de la costa y no es posible colocar aerogeneradores anclados al fondo. Es por ello que desde Euskadi se han puesto en marcha también varias iniciativas que aglutinan a un buen número de empresas del mundo offshore, como el proyecto Flow, en marcha desde 2018, o el llamado Demosath, que se está construyendo en el Puerto de Bilbao y tiene por objetivo colocar un aerogenerador flotante este mismo año en aguas de Armintza.

Con todo lo anterior, se podrían mencionar las siguientes oportunidades

  • Reforzar la transferencia al ámbito marino de determinados conocimientos de la cadena de suministro de la tecnología eólica terrestre fuertemente implantada en el territorio
  • Explotar el conocimiento adquirido a partir de la investigación (España cuenta con más de 800 patentes en energía eólica desde 2006, siendo el sexto país del mundo y tercero de la Unión Europea en este indicador)
  • Utilizar o reconvertir las infraestructuras portuarias, tanto para la fabricación y montaje de componentes, como para su utilización como puertos de operaciones
  • Desarrollar el mercado de reparación y mantenimiento ligados a la futura operación de parques eólicos marinos, muy interesante para la industria naval española
  • Diversificar el sector de construcción naval, tanto para la fabricación o montaje de componentes, como para la fabricación de barcos específicos para las actividades de instalación y operaciones marinas
  • Obtener un tamaño crítico suficiente en las compañías (a través de alianzas, con filosofías de crecimiento inorgánico y añadiendo productos nuevos con los que ofrecer un portfolio completo a los clientes) para para poder competir globalmente con los grandes players.

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