El debate en torno a las vacunas de ARNm, que emplean fragmentos de material genético para entrenar al sistema inmunitario sin usar el virus completo, vuelve al primer plano, esta vez por la ofensiva del secretario de Salud de EE. UU., Robert F. Kennedy Jr., contra su uso en la covid-19.
El CEO de Moderna, Stéphane Bancel, defendió en el WIRED Health Summit que nunca antes un medicamento había sido tan estudiado en seguridad y eficacia, recordando que los datos de millones de personas respaldan estas vacunas.
La controversia revela un desafío clave: cómo garantizar que la innovación biomédica, capaz de transformar la salud global, no quede condicionada por cuestionamientos políticos sobre ámbitos de consenso, que afectan tanto a la confianza ciudadana como al acceso a tecnologías críticas.