21 de octubre, 2020

En estos momentos si pienso en liderazgo me viene a la cabeza el libro de Otto Scharmer que se titula “Liderar desde el futuro emergente”. Y además del “liderazgo emergente”, también me resuena el concepto de “liderazgo ágil”.

¿Qué está pasando hoy en el mundo? “Lo único constante es el cambio”.  “Lo único que no cambia es que todo cambia”. Es difícil para un equipo y organización, vivir en un mundo VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo), todo se complica si se trata de prosperar en un entorno tan aceleradamente mutante. No es el fin del mundo, es el fin de un mundo de certezas.

Las innovaciones y los cambios en ocasiones se suceden en olas: un cambio disruptivo genera toda una cascada de nuevos cambios, como así nos está ocurriendo en este momento. Una época, en la que los cambios se suceden a una velocidad nunca vista en la historia. Sacar lo máximo de estos cambios es lo que nos ayuda a mantenernos un día más con vida como equipo y organización.

Las organizaciones que sobreviven, lo hacen a base de mantener flexibilidad, capacidad de adaptación y reacción rápida. Necesitamos abordar el entorno cambiante y la complejidad con un liderazgo ágil, con una combinación de cintura y velocidad.

El entorno cambiante al que nos enfrentamos nos exige reinventarnos. Cuanto más drásticos son los cambios en nuestro entorno, menos podemos apoyarnos en los patrones del pasado y más debemos aprender a prestar atención a sintonizar con las oportunidades emergentes. ¿Cómo responder a las olas actuales de cambio desde un lugar profundo que nos conecte con el futuro, en lugar de reaccionando contra los patrones del pasado, lo cual suele significar perpetuarlos? Para responder desde el futuro emergente debemos poner en suspenso nuestras opiniones y creencias pasadas, dejar ir el pasado e inclinarnos hacia el futuro que quiere emerger.

La raíz indoeuropea de la palabra liderazgo, Leith, significa “avanzar” “cruzar un umbral” “morir”. Dejar ir es parecido a morir. El proceso profundo de liderazgo: dejar ir y dejar que venga lo nuevo y desconocido, de morir y renacer.

Pasar por el ojo de la aguja. En el punto más profundo de cada viaje como persona líder, hay un umbral. Atravesar ese umbral, pasar por el ojo de la aguja, puede parecerse a morir y renacer. Según la Biblia, ”es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que no que un hombre rico entre en el reino de Dios” La frase “ojo de la aguja” se refiere a una puerta del antiguo Jerusalén: para que un hombre pudiera hacer pasar a su camello por la puerta de Jerusalén, tenía que descargar todos los paquetes con los que cargaba el animal. Del mismo modo, si queremos pasar por el ojo de la aguja en nuestro viaje como personas líderes, tenemos que dejar ir todo y descargar el equipaje que no sea esencial. Atravesar esta puerta significa encontrar como líder la respuesta a la pregunta; ¿Cuál es mi Trabajo en este momento? El trabajo con T mayúscula es nuestro propósito o nuestra llamada. Es para lo que estamos aquí en la Tierra.

Comparte esta noticia

Contacto

Nerea Begoña
Directora
Elizbarrutiko Ikastetxeak / Centros Diocesanos Bizkaia

Próximos Eventos